domingo, 6 de abril de 2014

Apisonadora de sentimientos

Me dijiste que me traerías un regalo por tu larga ausencia.
Y me quedé solo con lo que me provocaste.
No mentiré y confesaré que en ocasiones he querido perdonarte.
Tirar las tazas de café sobre la mesa y dejar que formen ríos de decepción.
Inundar de nubes la oscura ciudad de Glasgow.
Pero la inspiración y la poesía se acaba como se acabaron mis oportunidades.
Y ahora la vida me quema hasta matar.
He temblado tanto por ti que mis lunares han huido de mi piel.
Y no sé si quiero hablarte de nuevo.
Y que el infierno se desate otra vez.
No he engañado a nadie.
Tal vez me deshaga cuando soples mi cuerpo.
Las estrellas en tu pelo nunca me guiaron a nada bueno.
Fue como volar entre miles de huracanes sin apenas sentimientos.
Pensé que iba a ver el reino de los cielos.
Pero me equivoqué.
Una equivocación cualquiera.
Sin valor pero con mil y un sentimiento.
Esperando al olvido.
La apisonadora de sentimientos no descansa nunca.
Acercarme al espejo y verte entre mi pelo fue lo último en desaparecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario