Infierno

Ardor de estomago.
Fuego en mis venas.
Me llevaste por delante.
Me tiraste una piedra.
Pero no escondiste la mano.
Bajamos al infierno.
Y construimos puentes.
Creamos pociones.
Me gustaría decir que no.
Pero eres tú.
Así que diré que tal vez.
Convénceme de que vales la pena.
O márchate lejos de mi piel y de mi corazón.

Hemotórax

Los fracasos y los miedos.
Otra vez deseos de cosas imposibles.
Todo lo que yo quiero.
Y nunca podrá ser.
Tambores de guerra apagándose.
Armas cayendo al suelo.
No me queda tiempo para más.
Mis pulmones encharcándose en sangre.
Mis rodillas fracturándose al caer.
No puedo respirar.
Y tampoco sé si quiero.
Mi tos ha ido creciendo bastante estos meses.
Igual que mi dolor.
Palabras como estocadas.
¿Cariño... qué has hecho conmigo?

Ansiedad

Arráncame la cabeza.
Y el pelo también.
Mechón a mechón.
Cálmame la ansiedad.
Derrite las palabras plásticas.
Tu amor un día me salvó.
Pero no volverá a salvarme de nuevo.
Tu amor, de nuevo.
De nuevo, tu amor.
Teclea la verdad y solo la verdad.
Dímelo al oído.
Tus miedos, tus verdades, tus sueños, tus deseos.
Yo intentaré cumplirlos todos pero con una condición.
Que estés siempre a mi lado.
Sopla mi piel muerta y toca mi nariz con la punta de tus dedos.
Hazme heridas para que mis miedos se vayan.
Mis pesadillas en las que no te encuentro.
Donde corres más que yo y no puedo alcanzarte.
Tápame los ojos con tus manos.
Rodéame con tus brazos.
Acaricia mi espalda.
Yo... no... te...

Cupido

Me dispongo a despegar.
Entró sin llamar.
Lo raro que es todo si no estás.
Será el control del aire.
Será mi garganta.
Será mi lengua escondida tras mis dientes.
Me pone malo esta situación.
Uno se ahoga.
Y los dos tiemblan.
Clávame esa flecha en el corazón.
Sé mi Cupido psicópata.
Tú dices que mi amor se ha ido lejos.
Clávame esa flecha.
Tú dices que el invierno ha cubierto mis huesos de escarcha.
Clávame esa flecha.
Tú dices...

Combinaciones perfectas

Electricidad.
Electricidad en tu pelo.
En tu cuerpo, al caminar.
Kilómetros de piel.
Voces resonando en mi cabeza.
Un hombre me dice que debo dejarme llevar.
La pared que la destruya.
La oscuridad me consume.
Y el chocolate se acaba.
Los versos no me ayudan.
Y tú tampoco.
No, no no.
Somos tan extraños.
Piano y violín.
Galletas y leche.
Mis labios y tu espalda.
Combinaciones perfectas.
Mi alma con tu alma.
Amistad quebrada.
Papel, sangre y confianza.

Derrota

Las plumas pegadas a tu piel.
El humo del café saliendo por tus poros.
Ondea la bandera de la derrota.
Hemos perdido.
Ven a la luz y no decaigas.
Sabes que me duele respirar.
Y soy una maraña de pensamientos que nunca llegarán a ningún lado.
Una actitud, una mirada, una señal.
Tu pelo al viento en la vigía.
Intentando darme oxigeno y que ame respirar.
Pero tus intentos son en vano porque yo ya me perdí hace tiempo.
Hace tiempo.
En lo más profundo del mar.

Nada

Gargantas duras como piedras.
Cuerdas vocales anundándose en clove hitch.
Música de funeral por nuestra relación.
Piel que se deshace con el dolor de tus suspiros.
Falanges que bailan por tu espalda.
Prosa anima.
Cristales que clavaría sin cesar en mi cuerpo.
Quemaría mi piel.
Dolor que viene y se va.
Encendernos con las manos fue demasiado.
Todo lo que viene se va.
Hechos, decisiones como estocadas.
Prometí no volver a remar y.
Corazón coraza.

Primer día de invierno

Poemas que nunca leerás.
Palabras que nunca diré.
Lágrimas camufladas en risas.
Cadenas que oprimen mi aorta.
Coros que definen mi alma.
Lenguas que sólo articulan decepciones.
Tiempo perdido al recordarte.
Cables rotos en mi cerebro.
Las victorias nunca pasan por mi lado.
No soy para ti.
Soy para ti.
No soy para ti.
Soy para ti.
No soy para...

Tres estados

Condensación de tristeza y lagrimas.
Evaporación de felicidad y sueños.
Solidificación de miedos y pesadillas.
Mi cuerpo se está congelando porque ya no es sostenido por tus manos.
Mi piel se está convirtiendo en mármol y ya nadie me talla.
Mis órganos en cristal.
Y mis labios en ceniza.
Ardieron por el beso que nunca nos dimos.
Ceniza que se llevó el viento al suspirarte.
Al recordarte, al sentirte, al sufrirte.
Un cuervo me arranca los ojos.
Ahora sí que ha ganado el corazón.
Y no la cabeza.
Ahora.
Ahora.