El sudor se apoderaba de ti.
Miles de búhos sin alas mirándote.
¿Te has dado cuenta que siempre te miro a ti?
Aunque no debería.
Mi corazón escuece cuando pienso en tus ojos o en tus labios.
En tu pelo largo y agrio.
La radio está rota y no puedo escuchar lo que dice tu corazón.
Nunca arreglaste el problema.
Solo lo agravaste día tras día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario