domingo, 30 de marzo de 2014

Cadáver submarino

Las montañas se tiñeron de color azul triste.
Los susurros de las máquinas ahora sin electricidad me atormentan.
Intenté tragar mis miedos como si fueran antidepresivos.
Y no conseguí nada.
Salvo aumentar el tamaño de estos.
El polvo todavía me cubre las pestañas.
Y esta sensación vacía casi me ha comido el poco corazón que me queda.
Añoro escuchar tu voz cuando te recordaba.
Ahora es un eco perdido entre cuevas submarinas.
Un cadáver arrastrado por todos los océanos de la tristeza.
Por muchos años.
Siendo ignorado por todos los depredadores marinos.
Sin traje de funeral y sin amigos.
Solo ese recuerdo naufragado en aquella isla vacía carente de sentimientos.
Ignorada por todo el mundo pero con un gran secreto escondido.
Sin osos polares ni nubes negras.
Te espero en quince minutos.
En la colina donde me siento cada día a observar los colores de los recuerdos.
En la colina del burro apagado
En la del burro azul y triste.

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