martes, 18 de marzo de 2014

Te fuiste, te vas y seguramente te irás

Me dejaste con el corazón en las manos.
Te fuiste cada semana.
Y yo sentí cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo tu ausencia.
No queda nada que nos pueda unir.
Salvo mis ganas de estar contigo.
Compartir un trozo de chocolate y pintar las plumas de las palomas.
El miedo corroe hasta matar.
Siempre te digo lo mismo.
Pero de verdad.
Me aterra más que mi propia muerte.
Chapotear los charcos creados bajo mis ojos con los tuyos.
Este cariño es único en la vida.
Podría ser cruel y decir que no me has sabido querer.
Y que no me mereces.
Ambos sabemos que es verdad y que no lo podemos negar.
Que me descuidaste y yo sigo sufriendo por ti.
Te vas.
Mis ganas de estar contigo se van.
Corazón cerrado y preso del miedo.
No nos queda nada salvo confiar.
No nos queda nada salvo sonarnos los mocos.
Pero te vas.
Cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo.
Y solo me puedes ver una vez en la vida.
Como una estrella fugaz desintegrándose.
El corazón lo hace todo.
Hasta las manchas sangrantes que me has causado en el pecho.
Se van.
Te vas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario