jueves, 27 de febrero de 2014

Sabanas blancas, abrigos oscuros.

Dedos helados desfilando por tu espalda.
Lo siento pero no puedes hacerlo.
Sabanas blancas, abrigos oscuros.
Los restos de nuestra ropa sobre el armario.
Escamas sobre la almohada en la que dormí.
Y una hoguera creada por mi enfado.
El polvo cubriendo tus delicados huesos.
Directo al cajón de las pastillas.
Etiquetas rojas sobre la mesa.
Dolor en tus brazos llenos de arañazos.
Plumas volando por la habitación.
No puedo dejarte ir.
Traté de ser perfecto.
Y lo conseguí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario